Sin Villa ..y sin nada me pillan.

2015/04/05

“Nuestra única propuesta es el conflicto”

Filed under: anarquismo,conflicto — Tags: , , , , — jonatan @ 15:59

Nos quisieron hacer creer que la democracia era igualdad, y por igual los políticos nos cagan, sean de izquierda o derecha.
Nos gritaron que sus leyes nos hacen libres, pero libres son los burgueses de devastar la tierra y de explotarnos.
Nos susurraron “dios es amor”, pero el amor de un siervo a su amo nos da asco, las misas nos aburren y sus limosnas no pueden ocultar la miseria.
Nos dijeron que la vida era sagrada, pero sagrada es la propiedad y sus privilegios custodiados por milicos.

Basta de agachar la cabeza, de delegar e inventarnos excusas.

  Esto no da para más y hay que cambiarlo.
  Podemos seguir mirando para el otro lado, seguir esperando soluciones de arriba y aceptar los roles que nos han impuesto.
  O podemos de una vez por todas re-apropiarnos de nuestras vidas.
  Hagámonos en fraternidad y alegría para todos. ¡Seamos los jinetes de nuestro destino! ¡Abramos paso a la anarquía…!

 

Desde Montevideo  (Uruguay)  y editado por el  Circulo Anárquico Villa Española,   en el Periódico Anarquía     https://periodicoanarquia.wordpress.com                                                              a

 

He encontrado el libro con los dos nombres: Nuestra proyectualidad anárquica, y conforme lo leo  “Nuestra única propuesta es el conflicto

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https://periodicoanarquia.files.wordpress.com/2014/07/nuestra_unica_propuesta_es_el_conflicto.pdf

2015/03/30

Ni culpables ni inocentes

Filed under: anarquismo,conflicto — Tags: , — jonatan @ 23:58
MantenteEnForma
 

 Se presentan los Grupos Anarquistas Coordinados. Texto de presentación y valores, métodos y finalidades

 

Grupos Anarquistas Coordinados (G.A.C.)


Con este texto queremos presentarnos ante todxs lxs compañerxs anarquistas, libertarios y antiautoritarios.

Desde hace unos meses y como fruto de un debate de fondo sobre anarquismo, movimiento teoría y práctica hemos creado desde diferentes grupos e individualidades anarquistas un espacio de coordinación donde poder reunir potenciales y dotar de mayor fuerza e impacto social los contenidos que sacamos a la calle con el fin de transformar el mundo en el que vivimos.


Pasamos a explicaros nuestros objetivos:


a) Contribuir a la creación de un movimiento anarquista fuerte y cohesionado.

Entendemos la necesidad de un movimiento anarquista tanto desde la perspectiva personal como la colectiva. La mayoría de nosotrxs lleva años luchando contra los sistemas de dominación y, aunque no somos pesimistas, creemos que los esfuerzos que todxs realizamos , algunas veces, no tienen toda la repercusión que deberían y , sobre todo, no tienen continuidad.
Pero lo primero deberemos definir qué entendemos por movimiento. Entendemos por movimiento una realidad política y colectiva visible con capacidad de incidir en la sociedad y, por tanto, luchar de una manera más efectiva contra lo que no aceptamos. Consideramos que desde luego actualmente esta situación no se da. Para ello es necesario tener en cuenta el contexto y tomar conciencia de que los actos y propaganda que realizamos debe contribuir a reforzar nuestro movimiento y la extensión de las ideas que planteamos (haciéndonos fuertes para poder incidir en todos los conflictos en los que participamos), para que no se quede entre nosotrxs y nuestrxs cuatro colegas.
Consideramos que una buena forma de empezar a trabajar esto es desde la organización (no confundir con burocracia ni con el trabajo para otra organización separada, nosotrxs queremos ver aumentar el movimiento anarquista , no este espacio de coordinación de manera específica). Partiendo de los valores anarquistas, el movimiento que nos interesa no es unitario ni centralista, son necesarias muchas formas organizativas para que esto comience a hacer daño, desde los grupos de afinidad hasta organizaciones más formales, pasando por coordinaciones como la que aquí se presenta, creemos que cada unx debe cumplir una función.


b) Creación de una herramienta que potencie nuestra fuerza y las luchas que estamos llevando en cada lugar, de manera que se validen los métodos anarquistas de lucha.


Desgraciadamente en los últimos años la descoordinación, la falta de objetivos concretos y estrategias de acción claras como movimiento, la pérdida de la cultura del enfrentamiento, del análisis colectivo y la propagación de actitudes identitarias y autocomplacientes, han fomentado, desde nuestro punto de vista, que nuestros métodos hayan perdido credibilidad y fuerza en los conflictos que hemos vivido.
Para que se extiendan nuestros métodos es necesario que estos sirvan, no sólo que sean coherentes. Cuando participamos en una asamblea abierta sobre algún problema y criticamos ciertas formas de hacer, debemos ofrecer una alternativa real, no sólo ideológica. Luchar contra aquello de que “si la teoría entra en contradicción con la realidad, peor para la realidad”. Para ello debemos fortalecer nuestros métodos y un buena forma es la solidaridad y el apoyo mutuo
organizado.

Como Grupos Anarquistas Coordinados os ofrecemos a todxs lxs compañerxs nuestra solidaridad y nuestro apoyo en caso de conflicto. Nuestra intención es contribuir de manera integral al movimiento. Por eso lanzamos la idea a otros grupos e individualidades anarquistas a coordinarse con nosotrxs o a crear sus propias coordinaciones.

¡ Un saludo libertario !

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/21244 

VALORES, MÉTODOS y FINALIDADES

Con el nombre de Grupos Anarquistas Coordinados hemos conformado un espacio de coordinación de colectivos que asume como propios una serie de planteamientos y prácticas anarquistas. Estos planteamientos y prácticas tienen el propósito de desarrollar y profundizar una forma de vida basada en una ética concreta, que comprenda el apoyo mutuo, la solidaridad y la autogestión de cara a nuestra cotidianidad más próxima y como forma de relación colectiva y así como de cara a las diferentes luchas llevadas adelante en consecución de la anarquía, libremente asumidas. Hacemos énfasis en la necesidad de romper con las viejas relaciones establecidas entre individuos, basadas en la reproducción de la autoridad, siendo ésta no sólo la formal (instituida a través del estado con sus mecanismos) sino también moral (la interiorizada a lo largo de la vida fruto de la domesticación), sea del tipo que sea.
Para llevar adelante nuestras aspiraciones consideramos necesario tener como referencia una ética libertaria que aporte coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Ya que entendemos a la persona como un todo, completo e indivisible. Esto significa que lo que hagamos y queramos llevar adelante deberá ser consecuente con lo que pensamos y creemos, conforme nuestra responsabilidad, siendo ésta voluntaria, libremente elegida de cara a nuestros actos y decisiones.
Los valores que compartimos y dotan de sentido nuestras prácticas e ideas se basan en conceptos tales como la solidaridad, entendida como el reconocimiento del interés individual en el colectivo y del colectivo en el individual, recíprocamente, la consecución de nuestras aspiraciones colectivas e individuales dependerán de este tipo de relaciones solidarias, entendemos su práctica revolucionaria como la extensión de otras luchas y el apoyo en diversas circunstancias de otros individuos con los que nos vemos reconocidas, mediante el apoyo mutuo, considerado como una serie de relaciones recíprocas entre iguales, para relaciones tanto de supervivencia como para demás aspectos de la vida y de la lucha colectiva.
Nuestros valores se apoyan en la dignidad, a partir de la cual dotamos de sentido al ideal de igualdad como el reconocimiento de la dignidad de las demás como si fuera la nuestra, lo que nos permiteapoyarnos en la confianza en nuestros compañeros, en la palabra dada libremente entre iguales, la cual se sostendrá en base a nuestra honestidad para nosotras mismas y para el resto. Puesto que nuestro interés es el de las demás, no necesitamos ocultar nada. Ya que nuestros actos son coherentes con nuestros valores y buscan repercusión en el conjunto sociedad. No nos consideramos mejores que nadie al mismo tiempo que nadie es mejor que nosotras, nuestro ideal nos hace intentar ser humildes. Al igual que podemos enseñar podemos aprender de los demás. No somos ningún tipo de vanguardia, somos parte de una lucha. Por tanto defendemos la autonomía, entendida como la no dependencia de intermediarias, como la realización por nosotras mismas
de nuestros intereses. Dependiendo únicamente de nuestras necesidades, esfuerzos y responsabilidades. Y compartimos nuestro compromiso en la lucha por la libertad, que es el desarrollo de la vida decidido por cada individuo, la cobertura de sus necesidades (alimento, refugio, afecto, realización…), bajo su propia acción y decisión. Esta ligada a la capacidad de acción, la cual se verá reforzada en colaboración con los demás, por tanto nuestra libertad no se termina donde empieza la de las demás, sino que continúa y se expande.

Por todo esto nos definimos como:

ANARQUISTAS: Consideramos lo anarquista como el medio para obtener, disfrutar y defender el mayor bien que posee cualquier persona, que no es otro que la libertad. Entendemos como lo anarquista el terreno de posibilidades en el que superar la imposición de unas formas de existencia que lo único que han logrado es la limitación de todos nuestros potenciales, pero que no ha aplastado completamente la capacidad de rebelión. De ahí partimos para entender nuestra vida perfilada como camino y búsqueda de otras formas de vivir y de una fractura con este mundo.

ANTIAUTORITARIAS: Entendido como el enfrentamiento contra cualquier autoridad. No le reconocemos a ningún ser vivo o imaginario la potestad de dirigir nuestras vidas. Aspiramos a ser dueños de nuestro destino y romper con todo tipo de relaciones de poder y autoridad.
Tanto en sus expresiones más evidentes (estado, capital…) como en las más subrepticias y cotidianas (entorno familiar, laboral, político…). Por tanto también somos anticapitalistas, por ser la imposición autoritaria predominante en la actualidad. Porque el capital es un sistema basado en la explotación de los seres vivos por el ser humano, con el único fin del máximo beneficio. Lo que conlleva el arrase de los entornos y recursos naturales, provoca atroces desigualdades y nos convierte en meras mercancías, reduciendo nuestra libertad a dos únicas acciones: producir y consumir.

Los métodos que practicamos y asumimos para la consecución de nuestros valores son la acción directa, vista como el libre ejercicio responsable de nuestra capacidad de decidir y actuar sin intermediarios. La respuesta a los conflictos y situaciones que surjan debe ser gestionada por nosotras mismas, para llevarla acabo de forma coherente vemos la necesidad de autoorganizarnos por medio de la toma de decisiones entre iguales, ya que practicamos y defendemos el antiautoritarismo y la libre asociación como anarquistas, tanto en asambleas como en reuniones, debates, encuentros, jornadas, grupos de afinidad, colectivos… de modo que establezcamos en cada una de estas instancias autoorganizativas relaciones horizontales, no jerárquicas, en las que las decisiones que sea necesario tomar se tomen por libre acuerdo unánime y sean sólo vinculantes para quienes las acepten. La manera de asegurar que esto se sostenga y propague es por medio de la autogestión, referida a la gestión por nosotras mismas y en primera persona de las situaciones, puesta en práctica de nuestras decisiones y otros aspectos (como materiales y económicos) en nuestras luchas colectivas y formas de vida. Concebimos la autogestión como un modo integral de llevar nuestros asuntos además de la obtención, distribución y utilización de los recursos por nosotros mismos. Todo esto nos permite desarrollar una actividad basada en el libre aprendizaje, en la búsqueda de un desarrollo completo del individuo a todos los niveles: manual, intelectual, físico, emocional… que no se reduzca a la acumulación de información, sino que propicie el descubrimiento no reglado ni rígido y la transmisión de los mecanismos de conocimiento para dotar al individuo de las herramientas necesarias para aprender por sí mismo, según sus potencialidades y necesidades. Y propaganda tanto por la palabra o la imagen (publicaciones, octavillas, escritos en general, carteles, pegatinas, pintadas, programas de radio, charlas, debates, vídeos, música…), como por los hechos; la mejor propaganda son siempre los actos, tratando de convertirnos, tanto en lo personal como en lo político, en ejemplo de lo que postulamos, logrando que nuestras formas de vivir y de luchar sean coherentes y se manifiesten en nuestro actuar cotidiano. Así mismo como herramienta explícitamente política y deducido de lo anterior, contemplamos la propaganda por el hecho acorde con nuestros valores, como la oposición hacia el sistema en que vivimos, y hacia toda aquella entidad, mentalidad, idea, actitud, persona, estructura o institución que pretenda someternos. Entendemos el sabotaje como valioso en sí mismo en nuestro camino de desestabilización, colapso y destrucción del sistema y al mismo tiempo como propaganda que incite a la lucha contra todas las estructuras de dominación y extensión de la agitación y la revuelta, la agitación de las conciencias, de la vida, de los conflictos contra el poder y sus representantes. Nuestras ideas y formas de actuar deben estar dirigidas a extender la revuelta. La agitación tiene que ser la puesta en práctica del anarquismo, con vistas a atacar el sistema en todos sus aspectos, tanto materiales como psicológicos, simbólicos o de valores.
Nuestros principios rechazan la violencia, no creemos en una sociedad violenta y el mundo ideal y de relaciones solidarias a las que aspiramos están exentas de ella. Sin embargo en la sociedad actual y dados los mecanismos de dominación que gobiernan nuestra vida consideramos indispensable la práctica de la autodefensa. Buscamos una sociedad en la que los conflictos se diriman sin imposiciones, aspiramos a vivir pacíficamente, pero porque valoramos nuestra libertad, cuando no nos es respetada, consideramos legítimo defenderla lo mejor que podamos.

Entendemos las estrategias como aquellos pasos que debemos dar para conseguir materializar nuestros valores, y entendemos los métodos como la manera en la que damos esos pasos y como las herramientas que utilizamos para ello, respetando siempre los valores que hemos acordado. Es por esto que las estrategias y los métodos deben estar en constante diálogo con esos valores para poder adecuarse a la realidad en la que vivimos.
Vemos necesario hacer de nuestras vidas un conflicto permanente, y a su vez, participar en conflictos ya generados siempre y cuando las implicadas tengan voz propia y propongan y ejecuten ellos mismos sus propias soluciones; es ahí, en el conflicto, donde se forjará la anarquía, con la cooperación y autoorganización con otras explotadas y oprimidos.

Nuestras finalidades son:

EL FORTALECIMIENTO Y EXTENSIÓN DEL MOVIMIENTO ANARQUISTA:
A través de la difusión práctica y teórica de una ética anarquista que muestre en todos los ámbitos de la vida, ya sea mediante el ejemplo, la agitación, la propaganda, etc..
A través de la creación de lazos, redes y estructuras de solidaridad fuertes y duraderos.
A través de la herencia y transmisión de una historia de lucha y resistencia anarquista.
A través del aprendizaje individual y como movimiento a niveles teóricos, prácticos e intergeneracionales.
A través de la obtención y uso común de los recursos y medios necesarios para la lucha y para la vida.
A través del apoyo mutuo y la solidaridad a otros proyectos libertarios ya existentes..

LA DESESTABILIZACIÓN Y COLAPSO DEL SISTEMA
Intentando destruir el sistema de dominación. Paralelo a esto es necesario el esfuerzo de tener y propagar una referencia previa (las ideas anarquistas). Mediante el ataque a sus puntales (sistema económico, tecnoindustrial, control social-policial, etc…) estimando en cada momento a partir de la realidad cual es la mejor forma de hacerlo.

LA REVUELTA Y SUBVERSIÓN DE LO ESTABLECIDO
Haciendo visibles las contradicciones del sistema y luchando contra sus injusticias. Rompiendo con esta realidad desmovilizadora y alienante. Extendiendo y profundizando la conflictividad social, conseguir que tiemblen los fundamentos materiales e ideológicos de la dominación.

CONSTRUIR LA ANARQUÍA
Desde nosotras mismas, aprendiendo a ser más libres y menos autoritarios, revolucionando nuestro interior y poder revolucionar nuestro entorno para ir creando día a día un mundo más libre

 

 

 

 

[libro] http://j.mp/CLDGAC

pandora-santjordi

2015/03/20

Superar la violencia. Turba #1

Filed under: conflicto — Tags: , , — jonatan @ 18:35

 

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Superar la violencia

En las siguientes líneas sostendremos que el movimiento 15M y sus derivas actuales (Mareas, Stop Desahucios, etc.) se han encerrado en un infructuoso debate violencia sí- violencia no que invisibiliza el trasfondo conlictual por el que los mismos circulan. Propondremos arrollar la forma-Plaza como método para superar las subjetividades, tanto violentas como no violentas, que nos impiden pensar el conflicto y la acción directa en el seno de los movimientos sociales. La violencia, constituida como perversión en nuestras sociedades, se sitúa en un espacio delimitado y estudiado que debe ser destruido para poder alcanzar una posición opaca de ingobernabilidad.

Andrea de la Serna

¿Qué es el civismo cuando,

en determinadas circunstancias,

se convierte en vergonzosa sumisión?

Blanchot

Cada día, desde hace unos dos años, se amontonan en Facebook y Twitter desvaríos mayores sobre lo que hay que hacer con las cabezas de los políticos, mientras al otro lado de la pantalla los ritmos vitales se mantienen imperturbables y la calle sigue siendo un espacio de tránsito cada vez más aburrido. Al mismo tiempo, el activismo político se ve cercado por una opinión pública que desestima la acción violenta y la convierte en la herramienta de los necios. Las acciones ciudadanas, como han venido a llamarse hoy en día, se mueven entre una mezcla de sopor y hastío. Ya no se acude a ellas, desde hace tiempo, con la incertidumbre y la ilusión de ver un espontáneo acto de rechazo, sino con la previsión casi segura de que nada puede suceder uera de los márgenes de lo establecido y lo permitido. Sabemos que la indignación es general, pero jamás da el salto que la convierta en rabia colectiva. Años y años de terroríficas imágenes sobre las grandes guerras nos han llevado a olvidar el estado de paz armada en el que vivimos realmente y la moralina liberaldemócrata se ha ocupado de inocular en nuestro imaginario la convicción de que la violencia es terrible, infructífera y desgraciada. Ya no podemos mostrarnos tan optimistas como lo hiciera López Petit en un principio, en los primeros días de la Explosión, al escribir “Desbordar las plazas. Una estrategia de objetivos” (1).

Si bien es cierto que en sus primeras semanas el 15M pudo brindarnos la ansiada experiencia del rechazo colectivo, necesario para muchas de las que habíamos sentido la indignación sufrida en primera persona (y, como toda indignación individual, impotente), también lo es que no tardó en empaparse del civismo pensado desde la matriz ciudadanista. Por ello, tempranamente se perdió la presencia singular, el nosotros abierto que había cobrado sentido en el colectivo acto de rechazo (en Zaragoza, al menos, se empezó a asistir a las asambleas en calidad de ciudadanos y ciudadanas, los foros llevaban la etiqueta de “ciudadanos” así como las asambleas). A la luz del desarrollo posterior, percibimos que la identidad ciudadana fagocitó la singularidad inicial del acontecimiento inscribiéndolo en unos límites, coartándolo con unas normas, identificándose con un único discurso. Así pues, en seguida se cerró la brecha que había conseguido desgarrar el marco de inteligibilidad, y perdimos la opacidad frente al poder constituido. El primer paso necesario, pero no suiciente, fue la compartición de las heridas, un ser juntos en el roce, esto es, el nosotros surgido sin previo aviso, que había cobrado sentido de forma espontánea el quince de mayo. Sin embargo, el paso deinitivo de malestar a infección no se produjo y la «estrategia de objetivos», al no imponerse a los micrófonos de los medios ni a las voces de los dirigentes, fue irrealizable. Por miedo a percibirnos en el cauce del conflicto y a combatir la violencia estructural con su igual, nos dejamos perder. López Petit anunciaba la exigencia de dar un salto cualitativo, advertía de la necesidad de desbordar la plaza y no sólo de ocuparla. Nosotras añadiríamos: ya no sólo desbordarla, sino arrollarla. Y es cierto que al ocupar la plaza, tal vez nos amoldáramos a ella, tomáramos con ella su forma, y fuéramos incapaces a partir de ahí de desbordarla (arrollarla). El marco de no violencia en el que se asentó desde su primer momento el 15M no pensó el sabotaje, ni la acción directa. Al ocupar la plaza, aceptamos sus límites, así como no traspasarlos.

López Petit afirmaba que «el gesto radical de tomar la plaza […] tiene que prolongarse en un bloqueo real y efectivo de este sistema de opresión» (2).

Esto no sucedió. No fuimos capaces de arrollar la forma-Plaza, ni de extraerla de nuestras propias palabras, ni de superar el pensamiento pacifista que demostraba su inoperatividad cada vez que nos exponíamos a un cordón policial. En este sentido, la Plaza se constituyó como el espacio productor de subjetividades cívicas y atenuadas, enfrentadas a aquéllas que buscaban su atropello: las violentas, las incívicas, las excesivas. Este enfrentamiento, que trae consigo la creación de “lo violento”, debe comprenderse como una extensión más del paradigma en que vivimos desde principios de los años noventa y que, situado en el espacio de la Plaza, generó la inseguridad que hizo de nosotras y nosotros un movimiento inteligible, transparente y, por ello mismo, gobernable.

¡Razonad tanto como queráis y sobre lo

que queráis, pero obedeced!

Kant

En junio del 2011, las declaraciones de la Comisión de Respeto de la Acampada Sol, después del enfrentamiento en Barcelona – mal llamado “acoso” – con los diputados en el Parlamento catalán, dejaron claro que se desvinculaban de “cualquier acto violento y presión por encima de la ley, el derecho y la democracia”. Asimismo, pedían «respeto, respeto y respeto» a los violentos que habían osado abuchear a los diputados y tirar una garrafa de agua a Cayo Lara en Madrid. Después, dicha Comisión aseguró que en el caso de que la policía no interviniera, serían ellos mismos quienes se organizarían en cordones humanos para aislar a los grupúsculos violentos (3). En fechas más recientes (junio del 2012), en Zaragoza, un tumulto de pitos y pancartas se encaró con la Consejera de Educación aragonesa, Dolores Serrat, durante la Feria del Libro. Algunos periódicos aragoneses hablaron de “protesta violenta” y de “duros insultos”. Al día siguiente, FAPAR (“Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnxs de Aragón”) se desvinculó inmediatamente de la protesta. Estos dos ejemplos, entre tantos otros, nos sirven de ilustración para comprender el mito de la violencia, y cómo éste funciona como agente atenuador y disgregador en el seno de los propios movimientos sociales.

Los medios de (des)información, calificando de violenta a una protesta pero no a las últimas reformas, impiden que se asuma una posición de conflicto frente a ellas, quedando éstas despojadas de toda su carga de agresividad. No obstante, no sucede lo mismo ante la «violenta protesta» en el Parlamento catalán, que inmediatamente exige el posicionamiento de la ciudadanía. En consecuencia, desde el momento en que admitimos vincular la palabra violencia a un determinado tipo de protesta, la misma deviene inaceptable por el propio funcionamiento de la Plaza, limitando así la efectividad de sus acciones. Más allá de la Plaza nos introducimos en el ámbito de lo innombrable. También podemos comprobar este funcionamiento en la mayoría de asambleas. Así, lo que se puede decir se sitúa siempre dentro de la forma-Plaza y lo Indecible estigmatiza inmediatamente a aquella o aquél que proponga la visibilización del conlicto.

Este mecanismo de exclusión de todo lo que invoque a la violencia se puede entender, sobre todo, después de la sangrienta carrera en la que el siglo XX nos hizo participar, pero no podemos defenderlo cuando deriva tan fácilmente en sumisión a una forma de gobierno. Y es que es cierto que la imposición de los objetivos, del 15M a las actuales Mareas, ya no se produce, como esperaba López Petit, «por la fuerza de su radical simplicidad y mediante la acción directa» (4), sino que sólo se actúa desde la desobediencia civil pasiva, tratando de dialogar con el Gobierno. Así, la aceptación de la paz civil, que no es sino sometimiento, supone por nuestra parte una infantilidad política, la creencia ingenua de que la guerra sólo es ese Afuera que se reproduce en nuestras pantallas televisivas, y que toma la forma de terrorismo, gran guerra mundial o conlicto bélico en un país que no nos afecta.

 

Creéis que todo tiene un límite, así estáis

todos: limitados. ¡Cuidado, os avisamos,

somos los mismos que cuando

empezamos!

Eskorbuto

Hemos hablado de cómo la sujeción a la Plaza nos limitaba en nuestras acciones, obligándonos a situarnos a un lado u otro de la línea que divide a los violentos de los pacíficos. El sujeto violento es el nuevo idiota de las manifestaciones, el insensato de los movimientos sociales, el Afuera del que huir, y su presencia abyecta nos ha configurado como sujetos vaciados de violencia: «la violencia existe para nosotros como aquello de lo que hemos sido desposeídos» (5). Esta desposesión de la violencia se acompaña, al mismo tiempo, de una profunda atracción hacia ella, azuzada por el continuo bombardeo de imágenes y eslóganes que la interpelan. En efecto, la violencia hoy ya no tiene lugar en ese horizonte nocturno e improductivo que nos describiera Bataille en “La noción de gasto” y que le hacía concebirla como una posibilidad transgresora.

La violencia se ha convertido en una perversión manifiestamente extendida, que provoca fascinación y asco al mismo tiempo, y que se ha constituido como un vórtice del que es imposible escapar, pues todo parece apuntar a ella. Esta ambivalencia de sentimientos que la rodea se manifiesta en la expansión de, por un lado, una violencia mainstream fácilmente localizable en Internet, redes sociales, películas o videojuegos; y, por otro, la repulsa de toda aplicación de la misma en el plano físico.

Es precisamente este acotamiento del espacio que se le ha dado a la violencia (taxonomizado, estudiado y analizado hasta la saciedad) lo que supone su inmediata despolitización y su inclusión en el nicho de la economía capitalista. Podríamos hablar de una hipsterización de la violencia: la visión que tenemos de ella como esa irreductible parcela de natural salvajismo, un oscuro tabú que se difumina en las fronteras de lo civilizado, ha suscitado una fascinación canalizada por las fortificadas cloacas del capital. De este modo, el movimiento que nos aleja con impetuosidad de ella es el mismo que hace que la tengamos siempre presente, y la hipocresía que nos lleva a negarnos continuamente como sujetos violentos es la misma que nos remite, casi instantáneamente, a su continuidad en nuestro imaginario social y político, como una canción repitiéndose obsesivamente en nuestra cabeza, pero que tratamos de evacuar en todo momento. Que la violencia exista como negación en nuestra sociedad hace que haya una tendencia inconfesable hacia ella, y que sea esta misma dinámica la que imposibilite resistir desde la identidad violenta, pues queda ésta despolitizada desde el momento en que se constituye como perversión.

El mito de la violencia, que nos impele a concebirnos como civilizados Buck que deben renegar de «la llamada de la selva» (6), posiblemente ese mismo mito que dirigió a un joven Wittgenstein directo a las trincheras de la I Guerra Mundial, ansioso de intensidad purificadora, es el mismo que se nos vende hoy en el cine y los mercados informáticos, a modo de descarga afectiva. De igual modo, lo que históricamente se denominó “revolución” nutre hoy una vasta oferta de diversión en las tiendas de informática. La cuestión es, cuando se ha anulado la dimensión improductiva de la violencia, integrándola en el mercado ¿podemos todavía coniar en la efectividad de la violencia revolucionaria? ¿O sólo nos cabe hablar de vanos intentos que quedarán en el peril de algún modernillo atraído por una violencia, más bien, espectacular?

Lo ingobernable [..] que es siempre el comienzo

y la línea de fuga de toda política (7)

Agamben

 En “Metrópolis”, Agamben analiza el «dispositivo que designa el nuevo tejido urbano [cuando] el poder asume progresivamente la forma de un gobierno de las cosas y de lo humano» (8), y llega a plantear lo Ingobernable como línea de fuga política. Así, evitando aercarnos peligrosamente a la exigencia fascista de violencia, y a la fascinación que sigue suscitando, no haremos una defensa del sujeto violento, socialmente constituido, porque hay que destruirlo. Esta destrucción del dispositivo de poder que nos gestiona y nos gobierna, que nos comprende, es la salida de emergencia para un movimiento que ha quedado suspendido en una confrontación inútil, en un debate infructuoso sobre cuestiones que deben ser superadas. Arrollar la plaza significa superar el discurso de violencia, como de no violencia, que se nos ha impuesto. No elegir una de las dos caras de la moneda, quedarnos sin rostro. Pensamos que manteniéndonos inamovibles en el lado de los unos – los “no” violentos- o de los otros –los violentos– sólo conseguimos ocultar la matriz conlictual que los ha conformado. Hay que romper con la violencia para que algo de violento pueda surgir, y así eliminar el discurso que ingenuamente cree que la violencia es un arma política: el uso de la violencia va de sí. Sabemos que hablar de “violencia” malentiende lo que queremos transmitir, y hablar de una posible resignificación del término se nos hace difícil. Ya no quedan espacios efectivos de resignificación del término “violencia”, la única salida que vemos es suspender su utilización. Por ello, de una vez por todas, lo excluiremos de manera definitiva. El término que más se presta a ser usado es el de conlicto: el conlicto nos conforma. Una vez constatado, la superación del binomio que nos ata a la inmovilidad será posible, y Lo Ingobernable, entonces, se hará espacio opaco, imponiéndose radicalmente al gobierno de las actuales formas de poder. No ser violentos, ni no serlo, eso es lo ininteligible.

 

 

1 Santiago LÓPEZ PETIT, S.: “Desbordar las plazas. Una estrategia de objetivos” en http://espai-en blanc.blogspot.com.es.

2 Ibid

3 Todas las referencias han sido extraídas del artículo de El País de Gloria RODRÍGUEZ PINA: “Acampada Sol se desvincula y condena la violencia de hoy en Barcelona y Madrid”, del 15 de junio de 2011.

4 Santiago LÓPEZ PETIT: “¡Que se vayan todos! Construyamos nuestro mundo” en http://laplazapiensa.blogspot.com.es

5 TIQQUN: Introducción a la guerra civil, Ed. Melusina, 2008, p. 17.

6 Novela de Jack London.

7 Giorgio AGAMBEN: “Metrópolis”, 2006. Traducción por Paolo A. En http://www.egs.edu/faculty/giorgio-agamben/articles/metropolis-spanish/

8 Ibíd.

 

 

Del numero uno de los dos que actualmente ha sacado la revista zaragozana Turba http://www.revistaturba.net para esta categoría que por estrenarse llamaré “conflicto” y será una aproximación a la violencia … 

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Turba #1 http://www.revistaturba.net/wp-content/uploads/2013/08/TURBA1-Deudaviolenciapol%C3%ADtica.pdf 

2015/03/14

Entrevista a Destruye las Prisiones.

Filed under: anarquismo,Es El Estado — Tags: , , , , , , — jonatan @ 21:16

 

De Venezuela a Mexico: Conectando las intransigencias. Entrevista a Destruye las Prisiones por Rodolfo Montes de Oca

 http://www.portaloaca.com/opinion/10018-de-venezuela-a-mexico-conectando-las-intransigencias-entrevista-a-destruye-las-prisiones-por-rodolfo-montes-de-oca.html 

 

2.- http://es.contrainfo.espiv.net/2015/02/12/desde-mexico-a-venezuela-una-conversacion-con-rodolfo-montes-de-oca/ Desde Mexico a Venezuela, conversación 

                                                                                 Sin-título2-240x300                                                            

 

 

 

 

 

extraida de

 la revista anti carcelaria y de difusión y praxis anarquista mejicana #4  http://issuu.com/curarevzla/docs/dlp_4_final?e=8680892/10681882

 

 

 

 

17050

 

 

Rodolfo Montes de Oca

 

[libro] Anarquismo y Carceles, Pixeles para entender la critica antiautoritaria y abolicionista a las prisiones   https://grupoeditorialverbanegra.files.wordpress.com/2013/09/anarquismo-y-carceles_web.pdf 

anarquismo-y-carceles-2-638

Periodico anarquista de Venezuela El Libertario  http://www.nodo50.org/ellibertario/

blog  http://periodicoellibertario.blogspot.com.es y twitter https://twitter.com/pelibertario

 

rotativa5

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