Sin Villa ..y sin nada me pillan.

2016/02/13

Carnaval Feminista, Vdo. 2016

Filed under: General,Villarrobledo — Tags: , , — jonatan @ 18:35

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Carnaval Foro Feminista – Villarrobledo 2016

Este es el III Carnaval Feminista que organiza el Foro Feminista, que es una organización difusa, misteriosa…. y titiritera, una organización que no quiere imitar a las organizaciones ,a las que por otra parte algunas pertenecemos, tales como partidos,sindicatos, y que vamos a decirlo son de corte patriarcal. Foro feminista es un lugar para la discusión y la celebración de la diferencia, ya que creemos que el problema no son las diferencias sino las jerarquías. Foro Feminista quiere promover un feminismo autónomo que nos acerque a las mujeres de Villarrobledo para la consecución del objetivo de la igualdad entre todas las personas. Lo cierto es que no esperamos mucho de las instituciones…

En 2014 organizamos el Akelarre al que algunas de las que estamos aquí asisitimos, el año pasado nos disfrazamos de limpiadoras, amas de casa, señoras de a pie, en fin esclavas del siglo XXI y hablamos del Amor Romántico, esa vieja ironía.

Este año la idea es disfrazarnos de mujeres importantes de la Historia, aunque consideramos también que todas somos mujeres importantes en la Historia, también las limpiadoras; este es el comunicado para este Carnaval 2016, consideramos el Carnaval de Villarrobledo un momento adecuado para la celebración de lo colectivo, frente al aislamiento,frente al individuo aislado en su casita, frente al “sálvese quien pueda” de los tiempos que corren. Es como sigue:

EL RÉGIMEN DE LA NORMA HETEROSEXUAL Y LAS RELACIONES DE PODER.

Salir de nuestros cuerpos “programados.

 

Un grupo de cuerpos relacionados entre sí puede constituir un grupo social. El grupo social organiza los cuerpos para su permanencia como grupo,los organiza como cuerpos productivos.
Para eso los marca, al marcarlos les concede una forma,los programa, los produce, los registra..el modo más básico de determinar la forma de esos cuerpos-sujetos es el género. El género es la inscripción, el concepto primitivo que refuerza en el lenguaje una división de los seres en sexos.
Por lo tanto ,el lenguaje, las normas gramaticales además de la organización en función de los cuerpos,son los que también van conformando y reproduciendo los géneros.


Se establece pues una Norma, una normatividad, la del patriarcado.

Aunque en su origen las discriminaciones por razón de sexo, raza, y opción sexual son diferentes, bien podemos establecer una relación entre el origen de la esclavitud, y el trabajo esclavo no asalariado que realizan aquellos cuerpos de género femenino, en nuestra sociedad de hoy. Nosotras que sabemos que hacemos un trabajo fundamental para que todo esto siga en pie y con ello se reproduzcan también las exigencias de la heteronorma y del sistema económico que sufrimos.

La heteronorma patriarcal es la siguiente ecuación:
B+B+V+A = BBVA – Blanco – Burgués – Varón – Adulto.

…. y todo lo que está fuera de este retrato del “éxito social”, mujeres, niñ@s, jóvenes, extranjer@s, refugiad@s, transexuales, bisexuales, pobres… todo esto es fracaso respecto a la norma. Pues bien:

Este Carnaval Feminista está dedicado a todas aquellas NO-NORMATIVAS, que sufren la violencia de la Norma y aún por encima, su repudio.


 

También queremos decir que apoyamos la iniciativa de la Asamblea Centro Social Autogestionado (CSA), y la lucha por una cultura autónoma que busca un espacio para poder desarrollar sus actividades, las asambleas son abiertas y estáis todas invitadas, asimismo lanzamos el mensaje de que estamos buscando una cesión, así que si hay algún “señorito/a” presente que tenga a bien cedernos ese espacio ha de saber que puede desgravar a hacienda si lo hace, así como también tiene asegurado el cuidado del espacio que amablemente nos ceda.

Por otro lado tenemos que decir que han aparecido en Villarrobledo unos carteles con la frase “Refugees not wellcome”, esta frase debe ser una especie de ironía ya que obviamente los refugiados no están siendo bienvenidos precisamente, sólo hay que ver las imágenes de niños muertos en nuestras playas para saber que efectivamente l@s refugiadas no están siendo de ningún modo bienvenidas.

Pues que sepan que toda esta porquería neo-nazi no la queremos aquí en este pueblo!

Tampoco nos olvidamos de las escalofriantes cifras de mujeres muertas a manos del machismo, en la puerta podéis consultar el victimario completo confeccionado por la Secretaría de la Dona de la CGT del País Valenciá.

Informamos también que se aproxima el 8 de marzo, vemos cómo en las manifestaciones del 1º de Mayo en Villarrobledo hay una amplia participación, con todos los sindicatos, políticos por doquier…pues bien este es un llamado para que el próximo 8 de Marzo sea cuando menos igual de participativo,esta es una llamada a todas las mujeres, juntas ese día trabajando por nuestra Revolución, en contra de la triple explotación, en contra de la precarización de nuestro trabajo y de nuestras condiciones de vida!

Por último apoyamos toda lucha en favor de la libertad de expresión, corren tiempos ocuros al respecto,para ello vamos a leer un poema de Mario Benedetti titulado Oda a la mordaza:

ODA A LA MORDAZA

No creo en vos

mordaza

pero voy a decirte

por qué no creo

ya ves

ahora no digo

no, hoy,

ni ay!

y sin embargo

igual destapo el verbo

respiro el grito

y armo la blasfemia

pienso

luego insisto

hago inventario

de tu alegre pálpito

de la miseria

de tu crueldad sin muchas ilusiones

de tu ira lustrada

de tu miedo

porque mordaza

vos

sos muchísimo más que un trapo sucio

sos la mano tembleque que te ayuda

sos el dueño flamante de esa mano

y hasta el dueño canalla de tu dueño

porque mordaza

sos muchisimo más que un trapo sucio

con gusto a boca libre y a puteada

sos la ley malviviente del sistema

sos la flor bienmuriente de la infamia

pienso

luego insisto

a tu custodia quedan mis labios apretados

quedan mis incisivos

colmillos

y molares

queda mi lengua

queda mi discurso

pero no queda en cambio mi garganta

en mi garganta empiezo

por lo pronto

a ser libre

a veces trago la saliva amarga

pero no trago mi rencor sagrado

mordaza bárbara

mordaza ingenua

crees que no voy a hablar

pero sí hablo

solamente con ser

y con estar

pienso

luego insisto

qué me importa callar

si hablamos todos.

Por todas partes las paredes

y por todos los signos,

qué me importa callar

si ya sabés

oscura!

qué me importa callar

si ya sabés

mordaza!

lo que voy a decirte

PORQUERÍA

 

Gora la T-eta y viva la pander-eta. Viva la fregon-eta y también la sa-eta y qué viva la revolución! que vivan las mujeres!

Os dejamos con los Griots africanos Malick Marieme y Falu, salud y a disfrutar, “si no se puede bailar no es nuestra revolución”.

 

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A todas las personas que anoche hicieron posible el Carnaval Feminista de Villarrobledo, respondiendo a la llamada de nuestras compañeras del Foro Feminista y demostrando el interés en conformar espacios despatriarcalizados, internacionalistas, incluyentes, donde las y los niños corren y juegan libremente, donde se hace hincapié en los cuidados.. .otra forma de organizarnos y relacionarnos es no solo posible sino deseable!!

 

https://www.facebook.com/federico.dominguez.796/videos/vb.1627040052/10207279879548399/?type=2&theater    #CarnavalFemVdo, video de Darío

 

 

 

 

 

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2016/02/04

No al TTIP y demás tratados de libre comercio

Filed under: CGT,General — Tags: , , , , — jonatan @ 01:15

NO AL TTIP Y DEMAS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

BLOQUE  COMBATIVO  Y  DE  CLASE  ( AST,  Baladre,  CGT,  CoBas,  CSC,  Intersindical de Aragón,  SAS,  Solidaridad Obrera )

 

Con los Tratados de Libre Comercio e Inversión, (TTIP, CETA, TISA), el neoliberalismo pretende reactivar de nuevo la voracidad del gran capital, desregularizando todas las esferas de la vida y creando la zona de libre comercio más grande del mundo al servicio de las Corporaciones. Una nueva vuelta de tuerca a costa de los derechos laborales y sociales y del empobrecimiento de los pueblos, poniendo a disposición de las Transnacionales los segmentos susceptibles de generar beneficios económicos que todavía no están bajo el control del capital privado.

El TTIP, el CETA, y el TISA, son las herramientas necesarias para llevar a cabo estas políticas de concentración y globalización que ponen el poder económico y político en manos de las transnacionales y del mercado financiero. Estos tratados se negocian de forma opaca y en secreto, excluyendo a los pueblos y parlamentos de los distintos Estados de la UE y tienen como objetivo la desestructuración del tejido productivo local, social, ambiental y laboral, como método para reactivar las tasas de acumulación y beneficios del capitalismo financiero y transnacional.

El capitalismo se ha internacionalizado hasta alcanzar su fase de globalización actual, para explotar toda clase de recursos (incluida la fuerza de trabajo) en cualquier parte del mundo con el mínimo coste posible.

En la sociedad capitalista de consumo mundializado el poder económico domina la política, las relaciones sociales, la ideología, subsume y subordina el trabajo al capital. “La economía rige al poder” (Samir Amin)”

Así pues, este sistema económico-social “sólo tiene en cuenta el beneficio privado, repartido entre una élite mundial, que genera control social y político sobre las poblaciones y requiere de una crítica radical, pues las necesidades económicas, ecológicas, de distribución de la riqueza social y de derechos de pueblos y personas desaparecen para que el sistema funcione”

En lo que se refiere a los derechos laborales y sindicales, hay que tener en cuenta la “armonización” de la regulación, la igualación a la baja. En Estados Unidos los derechos laborales y sindicales brillan por su ausencia y en la Unión Europea por ahora están garantizados, pero no armonizados, al menos formalmente..

EE.UU. solamente ha firmado dos de los ocho convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los contrarios al trabajo infantil y al trabajo esclavo, pero no los que se refieren a la negociación colectiva y al derecho de organización y asociación.

La no armonización en mínimos básicos (salarios mínimos, jornadas, condiciones de trabajo) posibilita tanto el dumping laboral, como el social y facilita “la libertad absoluta del capital para movilizarse, allí donde los costes laborales son o bien más bajos o bien las legislaciones laborales nacionales son más liberales o permisivas”.

Tampoco ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos (incluidos los derechos laborales, sindicales y de salud), sociales y culturales, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 2200 A (XXI) de 16 de diciembre de 1966 y que entró en vigor el 3 de enero de 1976.

Se dan “facilidades para trabajar” (disponibilidad para el empleo o empleabilidad), en lugar de trabajo. Se ha implantado el llamado Workfare, la aceptación de cualquier trabajo bajo presión por parte de los parados (desde una visión neoliberal se responsabiliza a los desempleados de su propia situación, y no al contexto socioeconómico que produce paro, pobreza y desigualdad), que también se denomina paradójicamente right to work (derecho a trabajar). No está establecido el salario mínimo, ni la seguridad y la salud en el centro de trabajo.

Los recortes en servicios sociales, sanidad y educación, el alargamiento de la edad de jubilación y la disminución del poder adquisitivo de las pensiones, así como, las reformas laborales y la “flexibilización” del mercado laboral en contra de los intereses de los trabajadores y trabajadoras, condiciones que están muy presentes en los Tratados ( TTIP-CETA y TISA), no podrán ser derogadas por ningún Estado miembro, una vez que entren en vigor dichos Tratados.

El TTIP-CETA-TISA no son solamente acuerdos comerciales y de inversión, sino un proyecto político transatlántico promovido por las élites políticas y corporativas con el fin de reducir los derechos de las personas y revertir todos los logros que han conseguido los pueblos, beneficiando sustancialmente los derechos e intereses de las Transnacionales que, además, pretenden imponer un único modelo productivo en todo el mundo, condenando a la población a su dictadura y poniendo en peligro la estabilidad del Planeta.

Ante el fracaso, por otra parte “cantado”, de la XXI cumbre climática, el problema se agudiza y la tarea de cambiar el sistema, no el clima, ahora simplemente es una cuestión de vida o muerte. La contradicción de la insostenibilidad de los procesos económicos y de nuestra manera de vivir y de consumir, con la conquista de empleos decentes, con una apuesta por la producción local de bienes, que favorezca sus distribución en proximidad, mediante un transporte (ferrocarril público y social) medioambientalmente sostenible, con el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, con la transparencia, con la defensa de la equidad y la cohesión social y con la aplicación de políticas de reparto de tiempos, renta y riqueza, supone trascender la lógica del crecimiento. “Los líderes mundiales” no han apostado en París por un cambio real, La presión de los Lobbys de las Multinacionales de la energía, (las mismas que son consultadas en las negociaciones del TTIP-CETA-TISA), que han estado presentes en la Cumbre, logran todos sus objetivos: apostar por el mismo modelo devorador de recursos que nos ha traído a la situación actual y nos dirige al colapso ambiental.

Por todo ello las organizaciones que formamos el Bloque Combativo de Clase, manifestamos nuestra de determinación de luchar de manera coordinada, en defensa de los derechos de la clase trabajadora, frente al ataque que, desde la oligarquía y los poderes económicos se está perpetrando con la negociación de estos Tratados.

Hacemos un llamamiento a la movilización y a oponernos en la calle y en los tajos para, junto con los movimientos sociales, hacer frente y detener esta gravísima agresión a los derechos de las trabajadoras y trabajadores y a los pueblos del Estado.

 

 

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La critica libertaria a la izquierda del capitalismo

Filed under: anarquismo,entrevistas,General — Tags: , , — jonatan @ 00:28

 

 

La crítica libertaria a la izquierda del capitalismo

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El capital ha proletarizado al mundo y a la vez ha suprimido visiblemente las clases. Si los antagonismos han quedado integrados, si ya no hay lucha de clases, entonces no hay clases. Y no hay sindicatos en el sentido genuino del término. En efecto, si el escándalo de la separación social entre poseedores y desposeídos, entre dirigentes y dirigidos, entre explotadores y explotados, ha dejado de ser la fuente principal de conflicto y las luchas transcurren dentro del sistema sin cuestionarlo, no hay clases en lucha, sino masas a la deriva. Los sindicatos, la carcasa de una clase disuelta, persiguen otro objetivo : mantener la ficción de un mercado laboral. El obrero es la base del capital, no su negación. Éste se adueña de cualquier actividad y su principio estructura toda la sociedad : realiza el trabajo, transforma el mundo en mundo de trabajadores. Fin de una clase obrera aparte, exterior y opuesta al capital, y generalización del trabajo asalariado. Adentro no hay más que una masa asalariada aunque no uniforme sino fragmentada: cada fragmento ocupa un escalafón en la jerarquía social con relación a su nivel de compra. Afuera, una masa excluida y desahuciada que pugna por reintegrarse. Cada capa queda definida por su capacidad de consumo. Las clases medias (middle class), resultado cuantitativo del escamoteo de los antagonismos sociales, se refuerzan pasando por encima de la antigua pequeña burguesía con las capas de asalariados diplomados ligados al trabajo improductivo. Han nacido con la racionalización y burocratización del régimen capitalista para desarrollarse gracias a la terciarización progresiva de la economía (y de la tecnología que la hizo posible). Existen en tanto de conjunto de ejecutivos, cuellos blancos y funcionarios en medio de una sociedad de mercado. Cuando la economía funciona, todos ellos son pragmáticos, luego partidarios en bloque del orden establecido, o sea de la partitocracia. Denominamos partitocracia al régimen político adoptado habitualmente por el capitalismo. Es el gobierno autoritario de las cúpulas de los partidos (sin separación de poderes), la forma moderna de una oligarquía, que conlleva la formación de una burocracia autónoma con sus intereses propios y su clientela que ha hecho de la política su modus vivendi. Más que la burguesía, las clases medias ven al Estado como mediador entre la razón de mercado y la sociedad civil, o mejor, entre los intereses privados y sus intereses particulares presentados como públicos. Y precisamente la separación entre lo público y lo privado es lo que dio lugar a la burocracia administrativo-política, parte esencial de las clases medias. El Estado partitocrático determina de alguna forma su existencia privada. En condiciones favorables, las que permiten un modo de vida consumista, dichas clases no están politizadas ; es la crisis del llamado Estado del bienestar lo que determina su politización. Entonces los partidos originados por la crisis hablan en nombre de toda la sociedad, teniéndose por su representación más auténtica.

Nos encontramos inmersos en una crisis que no sólo es económica sino total : es la crisis del capitalismo. Se manifiesta tanto en el plano estructural en la imposibilidad de un crecimiento suficiente, como en el plano territorial con los efectos destructores de la industrialización generalizada. Las consecuencias son la multiplicación de las desigualdades, la exclusión, la contaminación, el cambio climático, las políticas de austeridad y el aumento del control social. Durante la fase de globalización (cuando ya no existe clase obrera) se produce de forma muy visible un divorcio entre los profesionales de la política y las masas que la padecen. La distancia pesa más cuando la crisis alcanza y empobrece a las clases medias, la base sumisa de la partitocracia. La crisis considerada sólo bajo su aspecto político es una crisis del sistema tradicional de partidos, y por descontado, del bipartidismo. La corrupción el amiguismo, la prevaricación, el despilfarro y la malversación de fondos públicos solamente resultan escandalosos cuando el paro, los recortes, las bajadas salariales y la subida de impuestos alcanzan a dichas clases. Entonces, los viejos partidos no bastan para garantizar la estabilidad de la partitocracia. En los países del sur de Europa la ideología ciudadanista refleja perfectamente su reacción desairada. Contrariamente al viejo proletariado, que planteaba la cuestión en términos sociales, el ciudadanismo la plantean exclusivamente en términos políticos. Así pues, han de recurrir al lenguaje dominante, el de la dominación, usando de preferencia el vocabulario progresista y democrático que mejor corresponde con su universo mental. Los partidos ciudadanistas hablan en representación de una clase universal que no es el proletariado sino la ciudadanía, cuya misión consistiera únicamente en corregir una democracia de mala calidad. Consideran la democracia, es decir, el sistema parlamentario de partidos, como un imperativo categórico. El ciudadanismo es un democratismo legitimista que reproduce tópico por tópico al liberalismo burgués de antaño y con mucho alarde verbal trata de correrlo hacia la izquierda. No olvidemos que mucha crema fundadora de los nuevos partidos proviene del estalinismo y del izquierdismo, para la cual lo que los nuevos valores democráticos no son más que la trasmutación de viejas cantinelas vanguardistas realmente desahuciadas. Formalmente pues, se sitúa en la izquierda del sistema. Es la izquierda del capitalismo.

La mayoría de los nuevos partidos y alianzas, dirigidos fundamentalmente por enseñantes y abogados, inspirándose en el cambio de rumbo de la izquierda convencional latinoamericana, o lo que viene a ser lo mismo, identificando las instituciones como el escenario clave del cambio liberador, en realidad tratan de cambiar una casta burocrática mala por otra buena recuperando a los electores moderados de izquierda o de derecha, algo en lo que siempre habían fracasado el neoestalinismo y el izquierdismo europeos. Aspiran a desempeñar el papel de una nueva socialdemocracia, bien constitucionalista o bien separatista. La revolución ciudadanista empieza y termina en las urnas, por lo que reformas electorales, jurídicas o constitucionales (la transformación del régimen de 1978) dependen de los resultados y las combinaciones parlamentarias. Se ha de conseguir nuevas mayorías políticas, o como se dice, asegurar la gobernabilidad, ya que nadie desea una ruptura social, aun al precio de conjurarla con una ruptura nacional. La desmovilización, el oportunismo y la rápida burocratización que ha seguido a las diversas campañas demuestra esto: los agitadores de la víspera se vuelven con celeridad gestores responsables. La izquierda del capital se dio cuenta de que el Estado es esencial para el capitalismo y de que en periodos de expansión económica tal dependencia permite políticas sociales: algo de neokeynesianismo a las prácticas neoliberales que requieren respaldo estatal. Estamos frente al renacimiento del Estado nacional: un Estado social pretendidamente soberano en el marco de una Europa de los mercados. La defensa del Estado es la prioridad máxima del ciudadanismo, de ahí su estrategia de asalto a las instituciones, ridículo sucedáneo de la toma del poder leninista, que se apoya sobre todo en los electores conformistas decepcionados con los partidos de siempre y subsidiariamente en los movimientos sociales manipulados. Aunque la crisis no pueda superarse, puesto que es « una depresión de larga duración y alcance global » según dicen los expertos, la reconstrucción del Estado como asistente y mediador quiere demostrar que se puede trabajar para los mercados desde la izquierda.

En definitiva, no se trata de cambiar la sociedad sino de administrar el capitalismo –dentro o fuera de la eurozona- con el menor gasto y la menor represión posible para las clases medias. Demostrar que una vía alternativa de acumulación capitalista es posible y que el rescate de las personas es tan importante como el de la banca, es decir, que el sacrificio de dichas clases no solamente es necesario, sino que no habrá desarrollo ni mundialización sin ellas. Se quiere aumentar el nivel de consumo popular, no transformar la estructura productiva y financiera. Por consiguiente, se apela a la eficacia y al realismo, no a los cambios bruscos y las revoluciones. El diálogo, el voto y el pacto son las armas ciudadanistas, no las movilizaciones o las huelgas generales. Diálogo directo con el poder, diálogo virtual con las susodichas « personas ». Las clases medias son más que nada clases no violentas e informatizadas: su identidad queda determinada por el miedo y la red. En estado puro, o sea, no contaminadas por capas más permeables al racismo o la xenofobia tales como los agricultores endeudados, los obreros desclasados y la canalla lumpen, no quieren más que un cambio tranquilo y pausado hacia lo mismo desde dentro. Por otra parte, en estos tiempos de reconversión económica, de extractivismo y de austeridad, los partidos ciudadanistas han de contentarse con actos institucionales simbólicos, ya que su capacidad de resolución de problemas sociales es muy poca. Dependen de la coyuntura mundial, del Mercado, y éste no les es favorable y probablemente no lo será en el futuro. En resumen, su posición ante las cámaras ha de esconder su falta de resultados cuanto más tiempo mejor, a la espera o más bien temiendo la formación de otras fuerzas más decididas en un sentido (un totalitarismo mucho más duro) o en otro (la revolución).

El capitalismo declina pero su declive no se percibe igual en todas partes. No se ha considerado la crisis como múltiple: financiera, demográfica, urbana, ecológica y social. Ni se tiene en cuenta que las guerras periféricas son responsabilidad de la mundialización capitalista. En el Sur de Europa la crisis se interpreta como una amenaza económica y un problema político. En el Norte tiende a tomarse como una invasión musulmana y una amenaza terrorista, o sea, como un problema de fronteras y de seguridad. Todo depende del color, la nacionalidad y la religión de los working poor. La división internacional del trabajo concentra la actividad financiera en el Norte y relega el Sur al rango de una extensa zona residencial y turística. Por eso el Sur es mayoritariamente europeista y opuesto a la austeridad; el Norte es todo lo contrario. La reacción mesocrática es contradictoria, pues por una parte la ilusión de reforma y apertura domina, pero, por la otra, se impone el modo de vida industrial en burbuja y la necesidad de un control absoluto de la población, lo que significa un estado de excepción « en defensa de la democracia ». Las mismas clases votan al ciudadanismo en un sitio y a la extrema derecha en el otro. Los libertarios han de denunciar este estado de cosas intentando construir movimientos de protesta autónomos en el terreno social y cotidiano a defender. La abstención es un primer paso hacia la secesión del sistema. La perspectiva política puede superarse mediante un cambio radical –o mejor una vuelta a los comienzos- en el modo de actuar y en la manera de vivir apoyándose aquellas relaciones extramercantiles que el capitalismo no ha podido destruir o cuyo recuerdo no ha borrado. También mediante un retorno a lo sólido en el modo de pensar: la crítica de la concepción burguesa posmoderna del mundo es más urgente que nunca pues no es concebible un escape del capitalismo con la conciencia colonizada por los valores de su dominación. La necesaria desculturación (desalienación) que destruya todas las identidades de guardarropía que nos ofrece el sistema, ha de cuestionar seriamente el parlamentarismo, el Estado, la idea de progreso, el desarrollismo, el espectáculo… pero no para ofrecer versiones « antifascistas » de todo ello. Tampoco se trata de elaborar una teoría única con respuestas y fórmulas para todo, una especie de moderno socialismo de cátedra, o de forjar una entelequia (pueblo fuerte, clase proletaria, nación) que justifique un modelo organizativo arqueomilitante y vanguardista, o de regresar literalmente al pasado, sino, insistimos, se trata de salirse del universo mental y material del capitalismo inspirándose en el ejemplo histórico de experiencias convivenciales no capitalistas. La obra revolucionaria tiene mucho de restauración

Es verdad que las luchas anticapitalistas aún son débiles y a menudo recuperadas, pero si aguantan firme y rebasan el ámbito local pueden extenderse lo suficiente para echar abajo la vía institucional junto con el modo de vida esclavo que la sostiene. La crisis todavía es una crisis a medias. El sistema ha tropezado con sus límites internos (estancamiento económico, restricción del crédito, acumulación insuficiente, descenso de la tasa de ganancia), pero no lo bastante con sus límites externos (energéticos, ecológicos, culturales, sociales). Hace falta una crisis más profunda que acelere la dinámica de desintegración, vuelva inviable el sistema y propulse fuerzas nuevas capaces de rehacer el tejido social con maneras fraternales, de acuerdo con reglas no mercantiles (como en Grecia), amén de articular una defensa eficaz (como en Rojava). No obstante, la crisis en sí misma conduce a la ruina, no a la liberación, a menos que la exclusión se dignifique y tales fuerzas concentren un poder suficiente al margen de las instituciones. La estrategia actual de la revolución (el uso de la exclusión y las luchas en función de un objetivo superior) ha de apuntar -tanto en la construcción cotidiana de alternativas como en la pelea diaria- hacia la erosión de cualquier autoridad institucional, la agudización de los antagonismos y la formación de una comunidad arraigada, autónoma, consciente y combativa, con sus medios de defensa preparados.

Los libertarios no desean sobrevivir en un capitalismo inhumano con rostro democrático y todavía menos bajo una dictadura en nombre de la libertad. No persiguen fines distintos a los de las masas rebeldes, por lo tanto no deberían organizarse por su cuenta dentro o fuera de las luchas. No reconocen como principio básico de la sociedad un contrato social cualquiera, ni la lucha de todos contra todos; tampoco la fundan en la tradición, el progreso, la religión, la nación o la naturaleza. El comunismo libertario es un sistema social caracterizado por la propiedad comunal y estructurado por la solidaridad o ayuda mutua en tanto que correlación esencial. Allí el trabajo –colectivo o individual- nunca pierde su forma natural en provecho de una forma abstracta y fantasmal. Las tecnologías se aceptan mientras no alteren el funcionamiento igualitario y solidario de la sociedad. La estabilidad va por delante del crecimiento, y el equilibrio territorial por delante de la producción. Las relaciones entre los individuos son siempre directas, no mediadas por la mercancía, por lo que todas las instituciones que derivan de ellas son igualmente directas, tanto en lo que afecta a las formas como a los contenidos. Las instituciones parten de la sociedad y no se separan de ella. Es la hora de una nueva sociedad histórica libre de mediaciones alienantes y de trabas, sin instituciones que planean por encima, sin trabajo-mercancía, sin mercado y sin trabajadores asalariados. El proletariado existe únicamente en el capitalismo a causa de la división entre trabajo manual y trabajo intelectual. Igual pasa con las conurbaciones, fruto de la separación absurda entre campo y ciudad. Una sociedad autogestionada no tiene necesidad de empleados y funcionarios puesto que lo público no está separado de lo privado. Ha de dejar la complicación a un lado y simplificarse. Una sociedad libre es una sociedad fraternal, horizontal y equilibrada, desestatizada, desindustrializada, desurbanizada y antipatriarcal. En ella el territorio recobra su importancia perdida, pues contrariamente a la actual, será una sociedad con raíces.

Miguel Amorós.

Charla en la Cimade, Béziers (Francia), 29 de enero de 2016.

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